Es frecuente que los niños realicen preguntas en el momento menos oportuno sobre temas que no son simples de responder, que nos sorprendan con comentarios o términos originales, por ejemplo, para nombrar los genitales, o que salgan con ocurrencias que nos dejan boquiabiertos. En fin. Ahí va una pequeña ayuda para los amigos.
Padres y docentes dudan sobre el momento más adecuado para hablar de sexualidad con los hijos. Sin embargo, lo más conveniente es poder responder a la espontaneidad de los niños de la forma más natural que esté al alcance, la menos formal y en él momento en que plantean su inquietud, de ser posible, con un lenguaje acorde con suela dar.
Por otra parte, aunque ha seguido sobre sexualidad infantil, muchas veces los adultos se topan con sus propias dificultades, prejuicios, ignorancias, costumbres, ciertos valores de vida y creencias religiosas, y también, mezclado con todo este bagaje, el recuerdo de la propia infancia. Y todos estos aspectos se ponen de manifiesto cuando se intenta responder a las preguntas y se quiere educar sexualmente a los niños. Algunas de las más escuchadas, en diversas situaciones de intercambio con padres y madres de hijos en edad preescolar, durante consultas con reuniones específicas, son:
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