jueves, 12 de mayo de 2011

Aportar seguridad

Aportar seguridad Un niño es un ser vulnerable, que no tiene aún en las fuerzas físicas y morales ni las capacidades intelectuales que podrían proteger leguas su darle a hacer frente a peligros exteriores. Es totalmente dependiente de los demás para recibir satisfacción a sus necesidades de tipo psicológico, tan vitales para cómo comer o beber. Nace pronto en el niño una inseguridad cuando percibe en el ambiente familiar del que espera todo, algunos sentimientos negativos, conflictos, depresión, angustia. El miedo de no recibirse a lo que necesita para vivir, incluso de ser abandonado, le invade como una amenaza de muerte y corre el riesgo de paralizar su aliento de vida. En consecuencia, es espera de su entorno y, principalmente sus padres, esta seguridad material efectiva y esta protección que necesita. El papel de los padres, antes que nada, es tomar conciencia de que este estado de vulnerabilidad extrema de un niño y de tenerlo en cuenta en su relación con él, evitando que le pesen amenazas a las propias inseguridades.
El reside también en dar una respuesta adecuada a sus necesidades físicas, materiales y de protección contra peligros concretos. Tienen que rodear al niño efectivamente para que sienta con seguridad de que puede contar con esos sí de que nunca será abandonado. Por otra parte, como el sentimiento de seguridad o de inseguridad se transmite mucho por ósmosis, incumbe a los padres trabajar sus propias inseguridades con el fin de que influyan lo menos posible en el psiquismo que sus hijos. Este trabajo comienza por el reconocimiento de las inseguridades que suelen vivir detrás de ciertas exigencias o sus desiertos comportamientos sobre protectores o dominantes. Finalmente, los padres pueden desempeñar un papel importante para sudar a vencer o a curar las inseguridades que vive su hijo, sobre todo invitándole a verbalizar su miedo en lugar de contarlo, acogiéndoles apaciblemente con ese miedo y siempre que sea posible, buscando con él lo que podría dejarle en paz.
A través de esas respuestas adaptadas a la necesidad de seguridad del niño, comienza a germinar una confianza en la vida, en los otros y en el mismo así como una solidez del fondo.

Volver a la entrada original

No hay comentarios:

Publicar un comentario